¿Eres de los que piensa que el fracaso de algún proyecto no te deja alguna lección? Para muchos es una oportunidad para mejorar, así que al medir el fracaso, podemos detectar algunos elementos que nos lleven también al éxito.
Hoy vamos a profundizar en ciertos factores que debemos considerar al elaborar KPIs que midan el fracaso.
Medir el fracaso, ¿por qué hacerlo?
¡Sí! El fracaso es muchas cosas. Pero sobre todo, es un signo de ambición. El cierto que puede ocasionar contratiempos y frustraciones; estos también son signos de esfuerzo.
Míralo de esta manera: vas fracasar, eso es seguro. Entre más rápido elimines el fracaso del camino, más cerca estarás de alcanzar tus objetivos.
Ok, tal vez el fracaso no es tan malo como parece. Pero, ¿realmente deberíamos medir el fracaso con indicadores clave de rendimiento?
Si el fracaso es un signo de esfuerzo, entonces tiene mucho sentido medirlo con KPIs. De hecho, algunos dicen que deberíamos aspirar al fracaso.
No me malinterpretes. El éxito es, en casi todos los sentidos del término, algo bueno. Esta idea no es complicada. La propia palabra significa que has logrado lo que te propusiste.
Pero el éxito también trae consigo un costo de oportunidad; pierdes la oportunidad de aprender del fracaso. ¿Qué hice mal? ¿Cómo puedo corregirlo la próxima vez? ¿Qué aprendí de esta experiencia?
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¿Cuáles son algunos buenos KPIs para medir el fracaso?
Esto, como cualquier KPI, dependerá de tu objetivo.
Si estás intentando ampliar tu red de contactos, tal vez significa enviar 50 correos electrónicos para agendar reuniones de café que nunca reciban una respuesta.
Si estás en ventas, podría significar establecer un objetivo para las llamadas en frío sin respuesta.
Sin embargo, en general, es mejor elegir KPIs para el fracaso que midan el crecimiento en una de las siguientes áreas clave.
Un paso hacia el camino del éxito
A veces el fracaso es inevitable para llegar a donde necesitas. Cuanto antes empieces a fracasar, más pronto alcanzarás tu objetivo.
El consejo: atrévete, esfuérzate por soltar tu ego, y empieza a fracasar ahora. Esos primeros fracasos, aunque tal vez en el momento no parezcan, significan que estás avanzando en el camino hacia el éxito.
Una oportunidad para aprender
Sí, es un cliché que aprendemos más de nuestros fracasos que de nuestros éxitos, pero también es cierto. El fracaso te da la oportunidad de reevaluar y reajustar, y hacerlo bien la próxima vez.
El consejo: no solo fracases por el hecho de fracasar. Revisa minuciosamente cada proyecto o encuentra el tiempo para reflexionar (e incluso escribir) sobre tus fracasos para que puedas posicionarte mejor en el futuro.
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El fracaso te hace más fuerte
Recuperarte del fracaso construye tu resiliencia. Y la resiliencia es lo que te da la fortaleza para seguir adelante cuando las cosas se ponen difíciles.
El consejo: Una investigación de la Universidad de Harvard sugiere que la resiliencia es el resultado de las interacciones entre las predisposiciones internas y las experiencias externas.
Considerar el fracaso como una parte inherente y natural del éxito, puede servir como un punto de referencia mucho más saludable que ver el fracaso como una catástrofe irreversible, de ahí que sea una buena idea medir el fracaso.
Aspirar al fracaso va en contra de la intuición. Y puede ser fácil dejarse llevar por el fracaso que no tiene un objetivo final.
Establece algunos KPIs para medir el fracaso, y asegúrate de monitorear su progreso, incluso cuando los resultados no sean los que esperabas.
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