¿Cuántas veces te has encontrado viejas notas donde tenías anotadas proyecciones de negocio, ideas para resolver problemas? Seguramente aquellas viejas ideas fueron proféticas. Hoy te invito a reflexionar sobre el valor de las viejas ideas, pensamientos e intuiciones.
La viejas ideas pueden llegar a convertirse en buenos consejos que te pueden ayudar a tomar mejores decisiones, así que sería bueno darte una vuelta por tus viejos cajones a ver qué encuentras.
3 razones por las que las viejas ideas son útiles
No pierdas de vista aquellas ideas que dejaste atrás, ahí podrían haber poderosas estrategias que deberías retomar. ¿Por qué?
1. Validan (o no) no capacidad para ver lo que viene
Al volver a leer aquellas viejas ideas, o correos electrónicos, notas, o lo que sea, realmente puedes evaluar tu propia capacidad para ver y comprender los problemas. En otras palabras, puedes medir el valor de tus propios consejos.
Y ese conocimiento son insights valiosos. No pierdas la vieja costumbre de anotar las ideas que se te ocurran, ordénalas para que las encuentres más fácilmente.
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2. Las viejas ideas te ayudan a comprender lo que es importante
Existen diferentes ideas sobre la planificación y sobre cómo prepararte para el futuro de tu negocio. Lo que sí es cierto es que las cosas importantes tienden a volver.
Lo que es importante saldrá a la superficie, y lo que no es importante simplemente no captará nuestra atención. Así que cuando leas notas viejas, y ves que el mismo problema surge mes con mes, vas a comprender qué es importante y qué debe resolverse.
De manera similar, si algo que un día parece importante simplemente desaparece de tu mente y tus notas, entonces probablemente nunca fue importante.
3. Las ideas maduran con el tiempo
Es valioso poder volver a revisar viejas ideas anotadas por ahí para ver si aún tienen valor.
Tienes una revelación sobre un problema o una idea para un nuevo producto o servicio. La anotas, pero la desechas rápidamente, tal vez porque surgió algo más importante, o porque decides que el momento no es el correcto, o más probablemente porque la idea está a medias.
Si redescubres esa idea unos meses después, el contexto pudo haber cambiado. Es posible que tengas más tiempo para desarrollarla, o un avance tecnológico puede haberla hecho repentinamente más práctica, o de repente puedes tener una nueva intuición que la complemente.
Así que guarda tus viejas ideas y revísalas de vez en cuando. Son una buena fuente consejos e inspiración.
Las viejas ideas te dicen qué tan bien has identificado problemas y tendencias, te recuerdan cosas que necesitan tu atención. Y reviven momentos de brillantez que, con el tiempo, podrían haberse convertido en algo útil para tu organización.
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